lunes, 1 de junio de 2009

santidad

Recipientes de pureza





Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 1 Pedro 2: 21
Para darle a Dios nuestro amor y adoración completa debemos vivir una vida de pureza. El apóstol Pedro nos recuerda: «Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está; sed santos, porque yo soy santo» (1 Ped. 1:14-16).
Nuestros deseos deben estar íntimamente relacionados con los asuntos santos de Dios antes que con las cosas corruptibles de este mundo. Cada vez que permitimos que nuestra vida se mezcle con las cosas de este mundo, diluimos las partículas de lo divino en nuestro ser y, con el tiempo, el mal se mezclará tan bien que diluirá por completo las cosas de Dios en nuestra vida. «¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también, ninguna fuente puede dar agua salada y dulce» (Sant. 3:11-12).
¿Estaremos hoy tratando de producir dos cosas de una misma fuente? ¿Será que mantenemos y alimentamos nuestras actividades de adoración juntamente con las actividades de este mundo? ¿Hay una porción en la semana en la cual apartamos tiempo para estar en comunión con Dios, y luego permanecemos el resto de la semana guiados por nuestros instintos carnales? Si ese es el caso, tengamos mucho cuidado. Esto puede diluir las cosas de Dios en nuestra vida, y el pecado afirmarse tanto, que pongamos en peligro nuestra vida eterna. Si jugamos la vida entre dos aguas (el bien y el mal), llegaremos a un punto en que nos desviaremos tanto que correremos el riesgo de alejarnos de la vereda de Dios para siempre.
La buena nueva es que Dios nos ha dado su Espíritu Santo como el gran purificados Si dedicamos tiempo a las cosas del cielo y permanecemos en una relación íntima con Jesús, él promete que el Espíritu Santo nos guiará a todo lo que es verdadero y bueno. Si nos sometemos al Espíritu Santo, él nos destilará, nos lavará, y nos refinará, hasta purificarnos para que podamos experimentar una vida santa y pura.
La pureza no se alcanza por apartarnos del mundo, sino cuando nuestro corazón ha sido apartado completamente para Dios. Dejemos de mezclar lo dulce con lo amargo, lo puro con lo impuro. Comprometámonos a caminar con Jesús, experimentando la frescura del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Puedes ser el primero en la lista de los santos

Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y contra Aarón, el santo de Jehová. Salmo 106: 16
¿Quién es un santo? Según el criterio humano, un santo es una persona perfecta, lista para entrar al cielo, alguien que no comete errores, que no peca. Si elaboraras una lista de los personajes bíblicos que consideras santos, probablemente la iniciarías con Enoc, o Elias, o tal vez con Job. Si encabezaras tu lista de santos con cualquiera de esos nombres, estarías en lo correcto. Fueron personas sobresalientes espiritualmente. De Enoc se dice que «Dios se lo llevó», y de Job se dice que era «varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado del mal».
Sin embargo, nuestro texto de hoy revela que el concepto de Dios es completamente diferente. A pesar de que la Biblia menciona más de cien veces la palabra 'santo' o 'santos', solamente una vez, por orden divina, es aplicada directamente a una persona. ¿A quién te imaginas que se le aplica?
En la lista de santos de Dios, el primero que aparece es Aarón. Aunque era sumo sacerdote, también tuvo su lado oscuro. Se vio envuelto en el episodio del becerro de oro. Cuando se necesitaba firmeza, accedió a la petición de la multitud, y permitió que el pueblo se volviera a la idolatría y a la inmoralidad. Además, junto con su hermana María, sintió celos de su hermano Moisés.
En todo caso, al hablar de un santo, el primero que Dios menciona es Aarón. ¿Cómo es posible que Dios considere a Aarón como un santo cuando cometió tantos errores y pecó tan gravemente en la apostasía del becerro de oro?
¿Qué vio Dios en Aarón para llamarlo «santo del Señor» a pesar de sus pecados? ¿Por qué lo llamó "santo"? Porque cuando lo llamó a su servicio, él respondió con todo su corazón y lo siguió. El propósito predominante del corazón de Aarón fue amar a Dios y servirlo. Dios lo llamó santo porque, cuando pecó, lo reconoció y se arrepintió, confesó su pecado y lo abandonó. Fue santo porque reconoció la eficacia del Cordero de Dios y puso su fe en su sangre. Creía que había poder en la sangre del Cordero. Era santo porque Dios lo apartó para su servicio.
Confiesa tus pecados, arrepiéntete, apártate del mal, confía plenamente en la sangre de Jesús. Cree que Jesús tiene poder para limpiar tu pecado y quitar toda mancha de tu corazón. Deja que te cubra con su manto de justicia. Acepta su llamado y permite que te aparte para su servicio. Entonces tú serás el primero en la lista de los santos de Dios.

Que Dios te bendiga,

Mayo 05 2009

¡Jehová, va a cambiar, tu historia hoy aqui!

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