miércoles, 4 de marzo de 2009

benny hinn espia del vaticano

sacado del blog del ingeniero mario olcelse



Otro común denominador; el Vaticano



El mismo Benny Hinn, uno de los preferidos de la red de televisión cristiana T.B.N (Trinity Broadcasting Network), declaró sin complejos, lo siguiente: “Mi educación, por supuesto, fue católica, yendo a una escuela católica en Jaffa, Israel. Por ello mi forma de pensar es básicamente católica. Cuando me convertí, seguía siendo católico. Yo he sido muy católico en mis ideas y en mi conducta” (11) No existe una organización sobre la faz de la tierra que sea más demoníaca que el catolicismo. Está repleta de enseñanzas paganas y doctrinas de demonios (12), y ahí tenemos a uno de los principales valedores de la carismatía evangélica internacional, enorgulleciéndose de su fe católica, siendo seguido y admirado por miles y miles de cristianos evangélicos; ¿cómo es esto posible; dónde está el discernimiento que debiéramos tener?



En una cruzada en la ciudad de Roma a finales de 1996, Benny Hinn habló tantas maravillas acerca del papa y de la iglesia católica romana, que llegó a exasperar a los representantes de las iglesias pentecostales que le habían invitado, los cuales no quisieron invitarle de nuevo a Italia. Incluso el intérprete, rehusó a seguirle traduciendo, y el grupo musical que debía intervenir, decidió no tocar. Cabe decir que las Asambleas de Dios de Italia previamente habían decidido no estar involucradas en la campaña de Hinn (14) En 1997, en la Conferencia Nacional de las Asambleas de Dios en Adelaida (Australia), Benny Hinn de nuevo elogió al papa de Roma, y comentó allí acerca de su encuentro con el cardenal Sin de las Filipinas y del acuerdo entre ambos, en el sentido de que el cardenal promocionaría a Benny Hinn, y de que él, por contra partida, animaría a los católico romanos a volver a la iglesia de Roma, y a permanecer en su fe católica (15). ¿Qué tipo de ministro del Evangelio es Benny Hinn? En un famoso programa televisivo de los Estados Unidos, el prestigioso evangelista afirmó sin reservas que la gente que va a Lourdes o a Fátima es sanada por Dios. Dijo así Hinn: “Mira, Dios nos ha dado, Larry, muchas fuentes de sanidad. Mira Lourdes. La gente es sanada yendo a Lourdes y a Fátima” (16). ¿Hubiera dicho eso un verdadero creyente? Sin lugar a dudas, ¡no!



Defendiendo a ultranza la misa católica



Por todos los verdaderos cristianos es sabido que la misa que se celebra en las iglesias católicas es un acto blasfemo. Nada motivó más a los Reformadores a resistir al papa de Roma y a las doctrinas del catolicismo que todo lo concerniente a la misa. La misa consiste en la constante muerte de Jesucristo, una y otra vez. Es una práctica fetichista que implica al creyente en ese sistema, volverse un caníbal de su dios. Ningún verdadero hijo de Dios debería participar de un acto así tan tremendamente ofensivo para el Padre; por el contrario, debería alejarse de esa aberración si le fuera propuesta. De nuevo, Benny Hinn, el famoso tele-evangelista internacional que llena mucho del espacio de emisión en T.B.N.-Enlace, recientemente compartió una experiencia que debería levantar bandera roja en las vidas de todos los cristianos que tienen una mente para pensar, y una fe que creer y profesar. Describiendo una misa y la correspondiente comunión católica en la ciudad de Amarillo, E.U.A. en la cual él mismo tomó parte (¡¿), cuenta que de repente se sintió entumecido, entonces percibió que alguien se ponía ante él. La sensación vino a ser tan real, dijo, que alargó su mano y tocó un manto que tenía un tacto de seda, una suavidad especial…La siguiente cosa, dijo, que sintió <> (17)



Realmente, Hinn nos deja a nosotros entumecidos, perplejos, y sin palabras. ¿Cómo profesando ser cristiano de la Biblia puede hablar así? Su misma declaración le coloca donde verdaderamente está, junto al Vaticano. El es un convencido católico romano que se atreve a “enseñar” y “ministrar” a los cristianos evangélicos, la inmensa mayoría de ellos, ignorantes de la realidad de Hinn, y muy ingenuos.



¿Quién es realmente Benny Hinn?



Personalmente, no creo que Hinn sea desconocedor acerca de lo que dice. Sencillamente, él es lo que dice ser, un católico romano comprometido; un místico católico, más que probable, un agente del Vaticano reclutado en Haifa. Eso nos muestra que el supuesto poder que él usa para sanar, es el mismo que actúa en los santuarios sagrados del catolicismo, tal y como él mismo asegura. Hace poco recibí un e-mail de un precioso hermano en la fe que hace poco salió de la mismísima M.C.I (Misión Carismática Internacional) de César Castellanos. El hermano, que por razones de seguridad no daré su nombre (fue maldecido por abandonar), me escribió lo siguiente hablando de Benny Hinn: “Cuando estuvo aquí en Colombia, hace tres o cuatro años, invitado por César Castellanos, contó que había visitado al Papa y que definitivamente era un hombre de Dios. ¿Cómo puede ser posible esto? También profetizó cosas grandiosas sobre la MCI y alabó a sus pastores. Las profecías no las he visto cumplidas y pienso qué clase de hombre de Dios pudo haber sido cegado por Castellanos”. Abundando en ese testimonio, la realidad es que Hinn impuso manos sobre Castellanos, que lo aceptó encantado, transfiriéndole la “unción” de Juan Pablo II, y esto lo declaró ante todos los miles de asistentes al acto.

benny hinn o benny hill?

falsa profecia de benny hinn

benny hinn profetiza en este video que Bill Clinton traeria paz para israel.El video esta en ingles.

teologia de la prosperidad

LA TEOLOGIA DE LA PROSPERIDAD

Son muchas las distorsiones doctrinales de la teología de la prosperidad: Niegan la soberanía de Dios, diciendo que usar la expresión “sea (o, “conforme”) a tu voluntad” destruye la oración; hay un espíritu de orgullo de lo “que yo puedo hacer en nombre de Jesús”; dicen que el sufrimiento, pobreza y enfermedad no deben formar parte de la vida de un cristiano. Si, posiblemente, un cristiano que esté en tales circunstancias es porque no tiene fe.
La teología de la Prosperidad tiene sus raíces en la Ciencia Cristiana, que es derivada del gnosticismo. De ahí, vemos el dualismo de la teología de la prosperidad, cuando dice que la muerte física de Cristo no tiene relevancia en relación a la redención de nuestro espíritu, teniendo Jesús que morir también espiritualmente en el “infierno”. Llegan al punto de negar la sangre de Jesús. Algunos hablan de la deidad humana. Kenneth Hagin, mayor precursor de esta teología, en su libro “Zoe: la vida misma de Dios”, página 79, dice que ni Jesucristo tiene una posición más elevada que nosotros delante de Dios.

Ellos dan un énfasis exagerado en el elemento “fe”, en detrimento de la verdad y del amor. Un Ejemplo clásico es del niño diabético Wesley Parker, fallecido el 23 de agosto de 1973, cuyos padres fueron arrestados por negligencia, debido a la teología de la prosperidad, porque, después de la oración, sus padres ya no permitieron que él tomara insulina; más tarde, arrepentidos, escribieron el libro: “We let our son die” (“Dejamos morir a nuestro hijo”). Sólo más tarde, fue que sus padres reconocieron que habian colocado la fe, más propiamente hablando: el orgullo de la fe, por encima de su amor a su hijo. Ellos revelaron estar más preocupados con la cuestión del sufrimiento que con la cuestión del pecado. Más preocupados con prosperidad y salud que con santidad.

- Cuestión de la Prosperidad Material

La espiritualidad cristiana no puede ser confundida con prosperidad financiera, ni con éxito y ni con salud. Pues, si fuera este el caso, no podríamos considerar ni a Jesús y ni a los apóstoles como hombres espirituales, ya que eran pobres, se quedaban enfermos, pasaron muchas necesidades, sufrieron persecuciones, fueron apresados, despreciados por el mundo y fueron martirizados. Jesús aún dijo que no tenía donde recostar su cabeza (Mt 8.20) y no tenía dinero siquiera para pagar el impuesto, teniendo que solicitar a Pedro que pescara un pez que tendría una moneda dentro de sí que serviría para pagar esta deuda (Mt 17.24-27), pues sabemos que Jesús, siendo rico se hizo pobre (2 Cor 8:9). Pedro y Juan dijeron claramente que no poseían oro ni plata (Hch 3.6). Pablo experimentó periodo de pobreza (Fl 4.11, 2 Co 6.10, Stg 2.5). Comunidades enteras de cristianos del Nuevo Testamento eran muy pobres (2 Cor 8.2, Rm 15.26, Ap 2.9). La propia Maria, entre todas las mujeres de más gracia, no tuvo un lugar decente para dar la luz a su Hijo bendito.

Todas las puertas se cerraron y sólo la puerta del corral fue la que se abrió para ella y para José su esposo. Ella no se quedó murmurando y ni se quedó rechazando aquel lugar fétido e incipiente. Ella no se quedó allí inconforme alegando un lugar coincidente de su condición de bendita entre todas las mujeres. Ella, por el contrario, aceptó su propia cruz, acogió la bendita gracia de padecer por Cristo y no de solamente creer en él (Fl 1.13). Fue en aquel corral y en aquel pesebre improvisado de cuna que se hizo la Navidad. La noche más feliz de la historia humana! He ahí, ahí más un ejemplo del privilegio de participar de los sufrimientos de Cristo y completar lo que falta de sus aflicciones (Colosenses 1:24).
Preguntaron a William Booth, fundador del Ejército de Salvación, cual era el secreto de su éxito, él respondió: “Dios tuvo de mí todo lo que Él quiso”. Desgraciadamente los evangélicos seducidos por el consumismo han hecho lo contrario: exigen de Dios todo lo que ellos quieren.
La Teología de la prosperidad se dedica a satisfacer las necesidades artificiales creadas por la sociedad de consumo. Peligro del condicionamiento que el mundo ejerce en un sentido negativo. No debemos conformarnos a este mundo (Rm 12.1-2). La iglesia, en lugar de ser un termostato, acaba siendo un termómetro que refleja y se ajusta al clima, sólo muestra el clima, pero no influencia el clima. Usan a Dios y la Biblia como justificación y medio para satisfacción de la codicia humana. Predicadores de la teología de prosperidad dicen que todo está bien y que el sistema es magnífico y que otros pueden también llegar a ser ricos como ellos. Nada de nuevo en esto, pues Miqueas 7:2-4 muestra que la injusticia estaba institucionalizada e impregnaba toda la sociedad incluyendo a los falsos sacerdotes y profetas que ya en su época trataban de buscar riquezas para sí mismos.
Por lo tanto, lo que vemos hoy, es que, vivimos en una sociedad de consumo, antes de ella lo que teníamos era una sociedad de producción, donde se exigía mucha abnegación y renuncia en pro de la producción y también de la construcción de la propia felicidad, realización y placer que eran aplazados para un tiempo futuro o de jubilación. Fue a aquella sociedad que Freud reportó. Pero en la tentativa de combatir un extremo de represión, acabamos navegando en un extremo opuesto, en un mundo del “no se reprima!”, “experimente!”, “No hay limite!” Etc... Por lo tanto, en la sociedad actual de consumo, lo que predomina es el individualismo y el hedonismo. No existe la disposición para aplazarse nada. Los propios padres buscan satisfacer todos los deseos de los hijos, que acaban no aprendiendo a tratar con frustraciones y el “caos”. Las propagandas, que son los pulmónes de este sistema, crean nuevas “necesidades” y nos hablan de una vida llena de satisfacción inmediata, tipo éxtasis proporcionado por las drogas. Sólo que este no es real para el común de la gente que están excluidas de los bienes de consumo.
Tal frustración, incrementada por el gran contraste entre la realidad y el sueño, sólo hace es ensanchar aún más la puerta hacia el alcoholismo y hacia el mundo de las drogas. Las drogas parecen, en algún sentido, aunque por poco tiempo, proporcionar la sensación de placer tan valorada por esta sociedad de consumo. El incremento de la violencia también es otra consecuencia! Esta visión tan coloreada de la vida, que poco tiene a ver con la realidad de la gran mayoría de las personas, acaba fomentando aún más envidia, codicia y frustración, no sólo por la ausencia de lo básico, sino, ahora, también por la ausencia del superfluo que nos es presentado como siendo indispensable para la sensación de bienestar. Tenemos también que, en nombre de la felicidad individual y también fascinados por el “jardin del vecino que parece más verde que el nuestro”, impaciente y fallido con las naturales crisis del matrimonio, el individuo, está cada día menos dispuesto a pagar un precio de renuncia en pro de la supervivencia de la relación, y, no teniendo disposición de soportar frustración a corto plazo para conquistar la realización a medio y largo plazo, acaba optando por el camino aparentemente más fácil y de recompensa más inmediata aunque esto pueda costarle su felicidad futura.

La teología de la prosperidad es producto de esta sociedad de consumo, prometiendo conceder a través de la fe todo aquello que las propagandas dicen que una persona necesita tener para ser feliz. Haciendo de la fe una varita magica y, del nombre de Jesus, una especie de lampara de Aladino para la realización de todos los sueños despertados por la sociedad de consumo. Algunos pastores sucumben a los encantos del éxito y, buscando hacerse celebridades, acaban entrando en el espíritu de este mundo consumista. Pasan a predicar un mensaje triunfalista y endulzado que esconde el precio del discipulado, no hablando nada sobre la necesidad de la negación de sí mismo y de cargar cada uno su propia cruz, no diciendo nada también sobre la gracia de que padezcamos por Cristo. Con la promesa de la prosperidad y salud siempre en nombre de la fe, entran en una competición desenfrenada en búsqueda de adeptos o “consumidores”, llegando a apelar hacia novedades y “promociones” a fin de atraer al “cliente”. En su intervencion al “cliente”, es él la gran víctima de todo este complejo sistema de nuestra sociedad consumista, que acabó hasta seduciendo parte de la iglesia evangélica. Delante de la gran mentira de que el placer, el éxito y el bienestar físico, económico y social son el gran objetivo de la vida y que todo esto está accesible a todos. Ilusionado, el cliente búsca en el consumo la realización inmediata de este ideal, pero tiene que lidiar con la realidad de una vida de privaciones, injusticia, luchas y muchos sufrimientos. Fallido, desamparado y sólo está el cliente, se siente fracasado y oprimido por la dictadura del tener. Ahora, ni en la iglesia encuentra respuestas para su dolor, sino sólo aún más se culpa por no haber tenido fe suficiente para haber tenido exito en la vida profesional o para haber sido sanado de algún mal.
La teologia de la prosperidad incentiva la codicia por los bienes materiales y promueve Comodísimo y conformismo al mundo y a su sistema consumista, individualista y de desigualdad e injusticia social. Los adeptos de la teología de la prosperidad creen que nosotros tenemos derecho de reclamar lo que queramos de Dios, olvidándose de la soberanía divina.
Jesus dijo: “No acumuléis para vosotros tesoros sobre la tierra, donde la polilla y la moho destruyen y donde ladrones entran y roban” (Mt.6.19). Y, en el mismo Espíritu de Cristo, el Apóstol Pablo enseña: “Porque nada hemos traído a este mundo, ni cosa alguna podemos llevar de él. Teniendo sustento y con que vestir, estemos contentos. Ahora, los que quieren enriquecerse caen en la tentación, y trampas, y en muchas concupiscencias insensatas y perniciosas, las cuales ahogan a los hombres en la ruina y perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; y algunos, en esa codicia, se desviaron de la fe y a sí mismos se atormentaron con muchos dolores. Tú, sin embargo, tu, hombre de Dios, huye de estas cosas; antes, sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la mansedumbre” (1Tm.6.4-11). Las riquezas suelen alejar a los hombres de Dios. Jesús dijo que es difícil un rico entre en el cielo (Mt 19.23), ellos son exhortados a repartir sus riquezas con los pobres.
Por qué es que los predicadores de la teología de la prosperidad, que gustan tanto de hablar en “fe”, evitan hablar del capítulo de la Biblia que más habla sobre el tema de la fe, principalmente el texto que dice: “Otros por su parte experimentaron oprobios, azotes y , a mas de esto, prisiones y carceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, pobres , angustiados, maltratados” (Hb 11.36-37)? La cruz es la exigencia de un nuevo estilo de vida caracterizado por el amor, totalmente opuesto a una vida individualista, centralizada en ambiciones personales, indiferente frente a las necesidades del prójimo. Así como la Palabra se hizo hombre, también el amor necesita hacerse buena obra para ser inteligible a los hombres (1 Juan 3.10). La evidencia de la vida eterna no es sólo la confesión de Jesus como Señor, sino es “la fe que actúa por el amor” (Gl 5.6). Renuncia y sufrimiento forman parte del llamado de los discípulos que deben cargar la cruz a la semejanza del maestro. Fuimos llamados para servir y no para ser servidos.

Cuestion de la salud plena en esta vida

La teología de la prosperidad enseña no sólo que Dios puede sanar, con lo que concordamos plenamente, pero el problema es que enseña que Dios siempre sana en respuesta a la oración. Y ¿si alguien no es sanado después de la oración? Bien, en este caso, la respuesta que los adeptos de esta teología dan es que está faltando fe, pues la sanidad está siempre a la disposición del creyente. Enseñan que la oracion no es para pedir que sea hecha la voluntad de Dios, pues dicen que esto sería una negación de la fe. Enseñan que usted no debe pedir a Dios, sino que necesita reclamar y exigir lo que es suyo por derecho, a saber, salud y prosperidad siempre. Siendo así, salud y prosperidad se hacen las señales de que una persona posee fe, mientras que enfermedad y pobreza serían para ellos señales de debilidad espiritual. Aquellos, de entre los tantos que se adhieren a este pensamiento, y que, posiblemente, no conquistan la sanidad y prosperidad, acaban desarrollando sentimientos de inferioridad y culpa por que no hubieran tenido la fe suficiente para que obtengan la tan deseada vida saludable y prospera.
El propio Apóstol Pablo sería considerado por los adeptos de la teología de la prosperidad como un hombre sin fe, pues vivió enfermo, sufriendo en prisiones, azotes y apedreamiento, además de haber padecido hambre, frío y desnudez. Es Interesante notar, que el Apóstol Pablo no era adepto de la teología de la prosperidad, pues en lugar de sentirse inconforme y disminuido en su fe y en su espiritualidad debido a todas estas adversidades, él sentía muy fortalecido y contento en su situación de flaqueza y debilidad, lo que para él era señal de la bendición de Dios sobre su vida y señal de su vocación y confirmación de su llamado ministerial y apostólico. Vea los relatos de 2 Co 11.23-30: “Son ministros de Cristo? (hablo como fuera de mí.) Yo aún más: en trabajos, mucho más; mucho más en prisiones; en azotes, sin numero; en peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos unos cuarenta azotes menos uno; fui tres veces azotado con varas; una vez, apedreado; en naufragio, tres veces; una noche y un día pasé naufragio en el mar; en caminos, muchas veces; en peligros de ríos, en peligros de salteadores, en peligros entre los de mi nacion, en peligros entre gentíles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos; en trabajos y fatigas, en vigilias, muchas veces; en hambre y sed, en ayunos, muchas veces; en frío y desnudez. Además de las cosas exteriores, y ademas de otras cosas, lo que sobre mi se añade cada dia:, la preocupación por todas las iglesias. Quien enferma, y yo no enfermo? A Quien se le hace tropezar, que yo no me indigno? Si tengo que gloriarme, me gloriare en lo que concierne a mi debilidad.” Pablo continuó diciendo: “Y, para que no me enalteciese con la grandeza de las revelaciones, me fue puesto una aguijon en la carne, un mensajero de Satanás, para me abofeteare, a fin de que no me exalte. A causa de esto, tres veces pedí al Señor que lo alejara de mí. Entonces, él me dijo: Bastate Mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. De buena gana, pues, más me gloriare en mis debilidades, para que sobre mí repose el poder de Cristo. Por lo que siento placer en las debilidades, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, por amor a Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces, es que soy fuerte” (2 Co 12.7-10). Un argumento muy utilizado por los predicadores de la teología de la prosperidad en defensa de la salud plena es Isaías 53.4-5. Pero, para una mejor comprensión del significado del texto, es importante notar que este mismo texto habla sobre nuestros dolores y no solamente nuestras enfermedades. Para ser coherente, basado en este texto, un defensor de que un cristiano debe experimentar la liberacion total de todas las enfermedades en esta vida, debería también llegar a la conclusion que el mismo debería ser inmune al dolor. Pero es obvio que ningún cristiano está libre del dolor en este mundo. O será que existe algún defensor de la teología de la prosperidad dispuesto a defender su tesis pasando por la prueba de la martillazo en el dedo? Vemos aquí que la teología de la prosperidad esta errada en no reconocer que nosotros estamos viviendo un periodo de tensión entre la primera y la segunda venida de Jesus. El cristiano ya goza parte de aquello que Cristo conquistó para él, algo así como los primeros frutos, pero aún no disfruta de la plenitud, vive por la fe y no por la vista, vive en esperanza, aguardando la segunda venida de Jesus y la resurrección de los muertos, cuando el último enemigo, que es la muerte, será destruido (1Co 15.26). Mientras esto no acontece, el cristiano continúa experimentando la debilidad y las limitaciones de su cuerpo corruptible, que está sujeto a los dolores, enfermedades y la muerte. Pablo dice que en esta vida, nosotros, los cristianos, que tenemos las primicias del Espíritu, aún gemimos aspirando a la redención definitiva y que ella sólo se dará por ocasión de la segunda venida (Rm 8.23). Creemos en el poder de Jesus para sanar y creemos que Él continúa sanando a muchos en nuestros días. Oramos por sanidad, pero sabemos que, la sanidad no es algo 100% garantizado. No es sólo una cuestión de orar correctamente y tener fe suficiente, es necesario también estar de acuerdo con la voluntad de Dios. Y, Dios, en su soberanía, puede escoger no sanar como fue en el caso del Apóstol Pablo que vivió enfermo (1 Co 4.11; Gl 4.13) y de otros en el Nuevo Testamento, como los compañeros de Pablo (Fp 2.30), Timoteo, que tenía una enfermedad crónica (1 Tm 5.23), Trófimo (2 Tm 4.20), pues, Dios, en el casos de estos, tenía otros propósitos que tiene a ver con la sabiduría y un plan mayor de Dios, que muchas veces están lejos del alcance de la comprensión humana. “Las aflicciones del tiempo presente no se pueden comparar con la gloria venidera” (Rm 8.18). Vea que Dios no libró Pablo de su aguijon en la carne, aún después de él haber orado por 3 veces. Dios le respondió diciendo: “bastate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Pablo concluyó diciendo alegrarse en las necesidades y privaciones, pues sabía que cuando era débil, ahí, sí, es que él era fuerte. (2 Co 12). Pueden los adeptos de la teología de la prosperidad decir como Pablo? Pueden éllos satisfacerse sólo con la gracia de Dios?

El texto de Daniel 3.15 al18 muestra que Sadrac, Mesac y Abed-Nego no eran adeptos de la teología de la prosperidad, pero, sí, de la teología de la “posibilidad”. Pues ellos confesaban creer en el poder de Dios para liberarlos de las manos del Rey, pero entendían que Dios podría tener otro plan y estaban dispuestos a entregarse totalmente a la voluntad de Dios sea ella cual fuera, vea lo que dice el texto: “Ahora, pues, estad dispuestos y, cuando oyerais el sonido de la trompeta, la flauta, de la cítara, del arpa, del salterio, la zampòña, y todo instrumento de musica ,postraos y adorad la imagen que hice; sin embargo, si no la adorais, seréis, en el mismo instante, lanzados en el horno de fuego ardiente. Y quien es el dios que os podrá librar de mis manos? Respondieron Sadrac, Mesac y Abed-Nego al rey Nabucodonosor, en cuanto a este asunto no necesitamos responderte. Si nuestro Dios, a quien servimos, quiere librarnos, él nos librará del horno de fuego ardiente y de tus manos, oh rey. Si no, sepa oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni adoraremos la imagen de oro que levantaste”.

El regreso de los Vigilantes

La Biblia habla con detenimiento  sobre los vigilantes. Especificamente apocalipsis. Ellos estan todos encerrados en los abismos y que seran...