domingo, 23 de mayo de 2010

el anticristo

El Anticristo
El International Bible Commentary da la siguiente definición del anticristo: [Anticristo: uno que asumiendo la apariencia de Cristo se opone a Cristo - debe ser distinguido de "falsos Cristos" (Mt. 24:24), es decir simuladores mesiánicos. Orígenes enseñó que "todo lo que es Cristo en la realidad, el Anticristo lo ofrece en apariencia falsa; y así toda la enseñanza falsa que asume la apariencia de verdad, entre herejes y aun entre los paganos, es en algún sentido anticristo. La encarnación revela el verdadero destino del hombre en su unión con Dios a través de Cristo; la mentira de Anticristo es que el hombre es divino aparte de Cristo." Abreviado de Westcott, pp. 69, 90]* Vine dice que anticristo puede significar ya sea "opuesto a Cristo" o "en lugar de Cristo" o, tal vez, combinando ambos, cita a Westcott más arriba, "uno que, asumiendo la apariencia de Cristo, se opone a Cristo".
El anticristo es la falsificación de Cristo porque se proclama a sí mismo como Dios (2 Tes. 2:4) y autentica su afirmación con milagros, señales y maravillas falsas (2 Tes. 2:9). En vez de ser el Santo de Dios es completamente malvado. Mostrará la obra de Satanás así como Jesús hizo la obra de su Padre. Así como el Padre vive en Jesús, también vivirá Satanás en el Anticristo. Judas es un tipo del anticristo porque Satanás vino a él cuando estaba a punto de traicionar a Jesús (Jn. 13:27) y ambos están destinados a la destrucción (Jn. 17:12, 2 Tes. 2:3)
Un estudio integral de las referencias del AT y del NT al anticristo está provisto por Arthur W. Pink en su libro "El Anticristo." Mucho se ha escrito sobre este tema, pero debe notarse que el anticristo es mencionado sólo cuatro veces como tal en las Escrituras y sólo por Juan (1 Juan 2:18, 22, 4:3, 2 Juan 1:7). Es claramente relevante en la interpretación que uno tiene del Apocalipsis si Juan escribió ambos libros porque Apocalipsis claramente describe una persona que encaja en la descripción del anticristo (Ap. 13). Sin embargo, le debemos más a la descripción de Pablo del "hombre de pecado" en 2 Tes. 2:1-12 para lo que sabemos del anticristo. Juan, según parece de sus cartas, está más preocupado con describir una prueba de herejía que la llegada del anticristo futuro.
Es claro a partir de 1 Juan 2:18 y 1 Tes 2:5 que la iglesia primitiva fue instruida claramente sobre la venida del anticristo, pero desafortunadamente no tenemos toda la enseñanza de Pablo sobre este tema. Juan dice que el anticristo viene y que aun ahora muchos anticristos han venido (1 Juan 2:18), así como el espíritu del anticristo viene y está ya en el mundo (1 Juan 4:3). De la misma forma, Pablo habla de la revelación del hombre de pecado (2 Tes. 2:3, 9) y que el poder secreto de la iniquidad ya está trabajando (2 Tes. 2:6). Juan contrasta el Espíritu de Dios con el espíritu del anticristo que no reconoce que Jesucristo vino en la carne (1 Juan 4:3, 2 Juan 1:7) o el hombre que niega que Jesús es el Cristo, "Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo" (1 Juan 2:22). Es decir que niega la verdad más fundamental del evangelio, que Jesús es el Hijo de Dios, el ungido de Dios quien vivió corporalmente en la tierra. Las dos verdades a las que se refiere Juan son que Jesús vivió en la tierra como hombre (vino en la carne) y que era Dios (él es el Cristo). El anticristo niega la relación única entre el Padre y el Hijo. Esta es la verdad única del cristianismo, que creen los cristianos, y cualquier apartamiento de esto es herejía y la primera prueba de herejía. En su evangelio Juan describe la divinidad de Jesús (Juan 1:1) y el hecho de que vivió en el mundo corporalmente como un hombre (Juan 1:14). Todo el evangelio de Juan nos da una descripción de la relación entre el Padre y el Hijo que también el anticristo y el espíritu del anticristo negarán.
Stott destaca de 1 Juan 2:18-23 que nuestra confesión ante los hombres de quién es Jesucristo (su humanidad y su deidad) determina si poseemos al Padre o no (v. 22, 23) en tanto que en 1 Juan 4:2-6 nuestra confesión de quién es Jesucristo determina si tenemos el Espíritu de Dios o no. En 2 Juan 1:7 aquellos que no reconocen que Jesucristo vino en la carne (tanto su humanidad como su divinidad) son a la vez engañadores y el anticristo. El anticristo llevará esto al extremo al proclamarse como Dios (1 Tes. 2:4), haciendo falsos milagros para autenticar su afirmación (v. 9) y engañando a aquellos que se rehusan a creer la verdad acerca de Jesucristo y se deleitan en la maldad (v. 12). Así, el anticristo claramente niega tanto la humanidad como la deidad de Cristo porque se proclama a sí mismo como Dios. Esto también demuestra que la enseñanza de la nueva era de que los hombres son dioses es sumamente peligrosa.
Berkhof señala que (a) el principio anti-cristiano (del anticristo) ya estaba obrando en los días de Pablo y de Juan, de acuerdo con su testimonio; (b) que llegará a su poder máximo hacia el fin del mundo; (c) los pasajes de Daniel acerca del anticristo (Dn. 7:8, 23-26, 11:35 ff.) apuntan hacia el poder (el poder del anticristo) político y Pablo hacia el eclesiástico, en tanto que en Ap. 13 ambos lados están descritos juntamente; los dos pueden ser revelaciones sucesivas del poder anti-cristiano; y (d) que probablemente este poder estará concentrado en un único individuo, la encarnación de todo el mal.
2 Tes. 2:1-12
Mateo 24 Daniel Apocalipsis
1-2 4-5 13:11
3 10 8:12 17:8
4 15 7:25; 9:27; 11:31 13:5-6
5-6
7-8 7:11; 7:22 19:20
9-10 24 8:25 13:13-14, 16:14
11 5

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