miércoles, 8 de abril de 2009

los enemigos de Cristo

Les compartire este mensaje que no se quien lo escribio pero me llego a mi correo electronico-yamilet
hoy es viernes santo, no voy a hablar de Jesucristo, es de todos sabidos lo que paso un día como hoy hace mas de dos mil años, y les diré antes de proseguir que Dios permitió que pasara todo porque así lo quiso, así en su infinita sabiduría y amor hacia sus hijos los hombres, dio a su hijo Jesús para que saliéramos libres del pecado original, todo el dolor, todo el suplicio lo absorbió Jesús para que nosotros no sintiéramos ese inerranable dolor, no, hoy voy a hablar de los enemigos de El.
El miedo: miedo que sintieron los maestros de la ley, los fariseos y los ricos, miedo que sintieron al no comprender lo que ese hombre nacido en nazaret les explicaba, miedo a la verdad de las palabras de ese carpintero que hablaba con el corazón y la razón como estandarte.
El odio: eso sintieron los romanos al pensar que su reino caería, pobres, no sabían que era cierto, que su reino caería ante el cristianismo y esa misma doctrina sigue hasta hoy en nuestros días y con mucha mas fuerza que de aquellos días, odio por ese reino mas poderoso que el de ellos.
El desprecio: desprecio por la vida en aquellos tiempos, desprecio a todo lo luminoso, donde las armas decían la ultima palabra donde los gobernantes imponían su arrogancia y soberbia ante los demás.
La maldad: eso que estaba muy marcado en los corazones de todos los que no comprendían que en la vida existía el amor.
La ambición: ¿cuantos ricos han dejado su fortuna para seguir a Jesús? ¿dos, tres, uno? no sirve amasar fortunas si no te lo puedes llevar a la eternidad, pero la ambición ciega a las personas y no ven lo que es justo.
La envidia: eso que sintió Judas hacia el Maestro de maestros, que lo orillo a vender a su maestro y amigo y que después de su error se suicido cobardemente.
Lo terrible de todo esto es que aun después de dos mil años, miedo, odio, desprecio, maldad, ambición y envidia siguen entre nosotros no aprendimos, no valoramos, no aquilatamos lo que Jesús sufrió por nosotros, seguimos siendo fariseos, maestros de la ley, soberbios, y malos, somos peores que los demonios mismos, al menos ellos tienen un motivo para ser así, pero nosotros, siendo parte de Dios, no agradecemos lo que hoy, hace mas de dos mil años, ese carpintero de 32 años que hace unos días entro en Jerusalén en el lomo de un asno y solo tiene palabras de paz y amor, y ahora esta agonizando en esa cruz.......¿porque no podemos aunque sea un poco cambiar nuestra forma de ser?

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