lunes, 1 de septiembre de 2008

practicas peligrosas para la iglesia

PRÁCTICAS QUE PUEDEN SER PELIGROSAS PARA LA IGLESIA

Hay prácticas que tanto en el pasado como en el presente se han introducido en la
Iglesia resultando ser desastrosas. Algunas de ellas son conocidas por su nombre; otras, las acuñaremos según nuestra modesta apreciación. Ellas son:

1 Pragmatismo o utilitarismo. La costumbre de utilizar todo aquello que sea funcional y redunde en beneficio, no importando lo deshonesto que sea. Este pragmatismo sostiene la postura de la Inquisición Española, de que “El fin justifica los medios”. De ninguna manera se puede defender con la Biblia aseveraciones como las de Peter Wagner, de que hay tal cosa como “pragmatismo santificado”.

2 Sincretismo. Sincretismo es el sistema filosófico que intenta conciliar doctrinas diferentes. Si en algún período de su historia la iglesia ha sido sincretista es en nuestros días. No sólo ha desenterrado herejías del pasado sino que ha abrazado ideologías de otras religiones, sistemas filosóficos, sociedades secretas, tales como la Franco-masonería, los Illuminati, métodos de la psicología que no han sido comprobados ser científicos, ocultismo (magia, brujería, visualización, canalización, levitación, viajes extracorpóreos, meditación trascendental, yoga, uso de talismanes, clarividencia, el poder de la palabra, pensamiento positivo, el hombre es un pequeño dios con poderes creativos, etc.), y para no andar con rodeos tontos, satanismo.

Puedo probar, y desafío a cualquier seguidor de César Castellanos e incluso a él mismo y su esposa Claudia, a un debate público, y les puedo probar que
muchas de sus prácticas son SATÁNICAS.

Sin embargo, para muchos líderes de la Iglesia de Dios, esto es irrelevante: ¡Hay que tomar lo bueno que ellos tienen y no hacerle caso a lo malo! Como dijo uno: “Cuando como un aguacate, como la pulpa y tiro la semilla.” ¡Dios mío, qué escrúpulos hacia la sana doctrina!

Desafío también a un debate público a la persona que escribió en ‘El Evangelio de la Iglesia de Dios’, en uno de sus artículos las siguientes palabras: “Tengan cuidado con los falsos profetas, o los rumores de los mal informados que la única forma que tienen para conseguir atención es atacando a los que están haciendo algo para Cristo. A ellos no se les puede atacar porque no están haciendo nada. Estos, en vez de ver lo positivo en un programa sólo ven lo negativo. ¿Dejaremos de evangelizar de casa en casa, sólo porque los Testigos de Jehová lo hacen?”

¡Por amor de Dios, no se trata de criticar la acción evangelística! ¡Se trata de tomar en consideración la doctrina que se enseña! Y si algunos de los involucrados en esta revista somos considerados “falsos profetas”, “mal informados”, que “deseamos conseguir atención”, “que atacamos a los que están haciendo algo”, “que no hacemos nada”, “que sólo vemos lo negativo”, estamos dispuestos a participar en un debate público para ver quiénes son los que promueven la falsedad, quiénes son los mal informados, quiénes son los que están haciendo algo para defender la verdad bíblica, y quiénes están dañando la iglesia con sus escritos, libros publicados, y libros traducidos.

3 Latitudinarismo. En la Iglesia Anglicana del siglo XVII, un latitudinario era uno que consideraba sin importancia adherirse a un sistema determinado de doctrina; lo que creyese era totalmente irrelevante. Aunque pensadores como Francis A. Schaffer asocian latitudinarismo con sincretismo, para un servidor hay una marcada diferencia: mientras que en el sincretismo se acepta todo lo que surge, en el latitudinarismo es irrelevante lo que se cree, independientemente de lo que es.

4 ‘Absorbismo’. Aquí estamos acuñando un término para indicar la acción absorbente que la iglesia practica en varias áreas. Recomiendo la lectura del libro The Subversión of Christianity (La subversión del cristianismo) por Jacques Ellul para entender bien cómo la iglesia tiene la costumbre de asimilar los vicios de la sociedad en que se desenvuelve, no sólo en el área de la práctica sino también en la de las doctrinas. Como ligero ejemplo citemos la introducción en la iglesia de cuanto estilo de música mundana existe y el vestuario de los músicos y cantantes.

En un Congreso de Evangelistas celebrado en Holanda, hará como un año, cantó y danzó un grupo que vestía nada más que ‘taparabos’, simplemente porque sus ancestros así vestían. Lo mismo en una Cruzada del Sr. Benny Hinn en una de las islas del Pacífico, danzó un grupo de hombres y mujeres, vestidos también con lo mínimo que autoriza para estos casos la Comisión Federal de Comunicaciones. Obviamente, son danzas típicas que probablemente se originaron para honrar algunos de sus dioses primitivos, pero: ¿Qué tiene que ver eso con el Evangelio?

Ahora está muy de moda que se inicien las convenciones territoriales y regionales con danzas en patines, fuegos y humos artificiales, juegos pirotécnicos, y el ondear de banderas. Recuerdo que cuando éramos niños se empezaban las convenciones estando todos de rodillas, en oración, abarrotado el altar de hermanos que deseaban que Dios se manifestara, siendo aquellas oraciones tan gloriosas y prolongadas que los cultos empezaban más tarde de lo anunciado. ¡Sigamos adelante con nuestras demencias, para ver hasta dónde vamos a llegar!

5 Milagrería. En el área de la milagrería algunos sectores de la Super Fe, Neopentecostales, y Carismáticos son más alarmantes que la Iglesia Católica del Medievo. Suficiente es mencionar lo que enseñan César y Claudia Castellanos en sus libros heréticos, que ya hemos citado en nuestros números anteriores hasta el cansancio. Una cosa son los milagros bíblicos, operados por Dios, de los cuales habla la Biblia extensamente, y que existirán hasta que el Señor levante a Su pueblo, y otra cosa son aquellos pseudo-milagros para la explotación de los ingenuos. No descartamos, en ningún momento, los milagros demoníacos como los hicieron los magos egipcios cuando Moisés y Aarón comparecieron ante el Faraón. Estos también entran en la categoría de la milagrería.

Este autor se ha estado documentando extensamente sobre el control mental que
muchas sociedades secretas y esotéricas, con influencia de las religiones orientales y fuerzas demoníacas, ejercen en los campos de la religión, la política, la educación, la economía, la industria, el deporte, los programas televisivos, la radio, las revistas, los periódicos, y sencillamente se encuentra mucho más que desconcertado.

Una vez que recaude la información necesaria y la constate con pruebas sólidas, la estaré compartiendo con los lectores. Simplemente, para pensar un poco: ¿Cómo es posible que prominentes evangelistas, pastores, y ministros, algunos de los cuales tienen sus populares programas diarios de televisión, sean masones del grado 33º, rosacruces, promotores de la Nueva Era, miembros de la diabólica sociedad secreta Illuminati, miembros secretos del Concilio de Relaciones Foráneas, y de la Comisión Trilateral?

Podemos, incluso, citar los nombres de aquellos que les han favorecido -y lo siguen haciendo- patrocinando sus Cruzadas; políticos criminales que son miembros de las sociedades secretas y esotéricas más perversas que hay en el mundo y que han fomentado el genocidio en infinidad de lugares.
La pregunta que muchos no quieren hacerse es: ¿Por qué estos renombrados ‘ministros de Dios’ son íntimos amigos de los políticos más perversos, degenerados y criminales que han existido e incluso participan de sus farándulas? ¡Mientras tanto, la iglesia sigue jugando a las muñecas e inventando más pasatiempos con los cuales jugar a la religión!

6 Profesionalismo teórico. Se debe analizar con toda seriedad hasta qué punto es moralmente ético y provechoso para la iglesia que se dicten conferencias y seminarios que son trabajos de investigación eminentemente teóricos, desprovistos de práctica de parte de quien los dicta, por ejemplo: conferencias sobre igle-crecimiento dictadas por personas que nunca han tenido un pastorado floreciente, que nunca han visto crecer bajo sus ministerios una congregación; conferencias sobre evangelismo explosivo dictadas por personas que raramente hacen trabajo personal de evangelización; conferencias sobre modelos especializados de ministerio a la comunidad dictadas por personas que están desconectadas del medio ambiente donde está la iglesia; conferencias sobre discipulado dictadas por personas que no han producido un solo obrero; conferencias sobre la familia y relaciones conyugales dictadas por personas cuyos matrimonios y hogares, dejan mucho que desear.

7 Triunfalismo. Una de las palabras que se usa con más frecuencia en las organizaciones cristianas es “éxito”. Por regla general, cuando se introduce a un predicador que no es conocido por la audiencia, se habla, no tanto de su carácter, ni de su vida espiritual, sino de sus logros estadísticos.

Generalmente se le prologa con el cliché: “Es pastor de la iglesia de más rápido crecimiento en (la denominación, la ciudad, la nación). Hubo, por lo menos en los Estados Unidos, dos programas cristianos, uno de televisión y otro de radio, que tenían que ver con “éxito”. El de televisión lo dirigía Robert Tilton, y el de radio, Derek Prince.

‘Éxito’ es una palabra sumamente subjetiva, ya que lo que el mundo considera éxito, no lo es necesariamente delante de Dios. ‘Éxito’ no es una palabra bíblica que califique el servicio de la Iglesia ni el de los siervos de Dios.

‘Éxito’ es un término del mundo asociado con ‘triunfalismo’, ‘popularidad’, ‘renombre’, ‘fama’, ‘dinero’, ‘aplauso’, ninguno de los cuales tienen lugar en el ministerio ni en la iglesia. Desde la perspectiva terrenal, y la mentalidad de los proponentes de la Teología de la Prosperidad y los de la Súper Fe, Cristo y los apóstoles no tuvieron ‘éxito’; fueron unos fracasados: fueron pobres, y murieron como mártires.

8 ‘Afolcloramiento’. Nuevamente, estamos acuñando una palabra para indicar la
asimilación en la iglesia de prácticas que son regionalistas, pero que no encajan con el Evangelio. Hasta cierto punto, es una continuación del punto cuatro, ‘absorbismo’.

Dentro de este afolcloramiento están:

a)Prácticas tradicionales de ciertos países o regiones, tales como la celebración del Día de San Valentín (‘del amor’, ‘de los enamorados’, ‘de la amistad’), ‘la coneja del domingo de resurrección’, ‘esconder huevos para que los niños los busquen el domingo de resurrección’, ‘halloween’ (día de las brujas,) ‘Santa Claus’. Muchos dirán que es extremismo, fanatismo, legalismo, el darle importancia a asuntos como estos. Pero, lo trágico es que no solamente se celebran estos eventos que son marcadamente mundanos, sino que toman el lugar de importantes celebraciones que deberían tenerse, en lugar de ellos.

Por ejemplo, ¿por qué no se celebra cada año el Día de la Reforma Protestante con sus gloriosos postulados, en lugar de la sandez del Día de las Brujas? ¿Por qué no se tienen una serie de cultos especiales explicando el significado de la Resurrección de Cristo, en lugar de disfrazarse de conejas que andan poniendo huevos? ¿Por qué no tener cultos especiales en la semana de Navidad, explicando el significado de la Encarnación de Cristo, en lugar de tener los modernos dramas que solamente sirven para hacer reír a la gente? Es obvio que la seriedad y la formalidad no son virtudes que se persiguen para la iglesia moderna; en su lugar, se prefiere la frivolidad y lo veleidoso.

b) Estilos musicales regionales eminentemente mundanos. De ninguna manera es un ataque a la música que identifica a una determinada zona geográfica: la referencia es a aquella clase de música que es típica del mundo pagano, compuesta por personas que celebran el vicio, el sexo, la sensualidad, el crimen, la violencia. Todo himno debe ser compuesto bajo la dirección del Espíritu Santo, tanto su letra como su música.

Si la música, con independencia de la letra que tenga, estimula más los instintos sensuales que la reflexión, la concentración en Dios, y las necesidades del Espíritu, no debe usarse en la iglesia. Todo lo que no cultive el acercamiento y la postración ante Dios, de ninguna manera debe ser parte de la himnología cristiana. Si la ‘bendición’ se termina con la música, es completamente carnal: mientras hay ritmo, hay entusiasmo; se acaba el ritmo, y se termina el entusiasmo.

c) Clichés, que son cuñas de la carne. Los evangélicos criticamos la Iglesia Católica por el uso de rezos, que son oraciones repetitivas. Sin embargo, usamos ‘clichés’, que son la misma cosa. Por ejemplo, expresiones como: “¿Quién vive?” “¡Cristo!” “¿Y a su nombre?” “¡Gloria!” “¿Y a su iglesia?” “¡La victoria!” “Vamos a tener baile esta noche”; “Dejemos que el Espíritu Santo descienda y arme un revolú”; “Vamos a cantar este corito hasta que todos caigamos en bendición”; “¿Cuántos sienten la presencia del Señor?” con la consabida respuesta de la congregación: “¡Amén!” como si la presencia del Señor fuera una bolsa de agua caliente o un cataplasma de tomate hervido.

d) Manipulación de las emociones. Este manipuleo es típico cuando se recogen las ofrendas especiales de una manera particular en las estaciones ‘cristianas’ de televisión; uso indiscriminado de pasajes bíblicos y argumentos ridículos para sacarle el dinero a la gente; la triturada carnada de decirle a la gente en el momento de recoger la ofrenda, “Siembre una semilla”, dando a entender que den en proporción a lo que les gustaría recibir en retorno.

Ahora, ya no se ofrenda como un acto de agradecimiento y adoración a Dios, sino como que si fuera la bolsa bursátil donde hay que hacer inversiones, según como esté el mercado.

Conclusión. “El que tenga oídos para oír, ¡oiga!”


H. A.

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