EL APOSTOL PABLO Y EL FIN DEL PRESENTE
ORDEN DE COSAS
La enseñanza del apóstol Pablo respecto a lo que serán las condiciones mundiales, y, especialmente la de
Es sumamente sugestivo que los falsos profetas de avivamiento en nuestros días hablan con una similitud increíble con la cual hablaban los falsos profetas en días de Jeremías. Jeremías predecía la invasión de Nabucodonosor, y los falsos profetas se dedicaban a proclamar la victoria de Judá sobre las fuerzas invasoras de Nabucodonosor y Babilonia. Para la preparación de este artículo, el autor leyó el libro del profeta Jeremías y encontró un paralelo interesantísimo entre la condición espiritual de Israel, y el de
En algunas ocasiones en que el autor ha hecho comentarios acerca de lo que enseñan ciertos teleevangelistas, los predicadores de
Veamos lo que escribió el apóstol con relación a las señales que precederán la venida del Señor: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como que si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:1-3.) “…ni por espíritu… significa profecías dadas por falsos profetas que pretenden hablar por inspiración del Espíritu Santo. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1); “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1.) Después, del v.2 hasta el v.9 (por favor, léanse dichos versículos), el apóstol menciona veinticinco características nocivas de estas personas. Lo alarmante de esta profecía es que el apóstol está describiendo hombres perversos que surgirán dentro de
Con mucho dolor conviene citar lo que un prominente ministro de nuestro territorio ha dicho respecto a las condiciones que vive la iglesia contemporánea: “La peor enemiga del cristianismo hoy día, ¡es
Pero, y después de todo, ¿qué es apostasía? Es un abandono intencional de la fe; es un trueque consciente del Evangelio por algo opuesto a él, independientemente de lo que sea; es una negación rotunda de lo que se creía por ideas que contradicen lo antes afirmado. La apostasía es una combinación de posturas ideológicas y conducta pecaminosa. Es típico en aquellos ministros que pecan groseramente, cambiar su teología por una más elástica, acomodaticia y ventajosa
para ellos. Ahora, en la antigua Grecia, apostasía venía siendo:
“Salirse del camino, continuar caminando paralelamente al camino real dejado pensando que se transita por él, pero arribando a un destino diferente al del camino real”.
¡Cuántos hay que creen que van por el único camino que conduce al cielo, Jesucristo, sin darse cuenta que van por uno lateral que los conducirá a la perdición!
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